jueves, 6 de octubre de 2011

Una mais de Kutimba y Costa Rica


Primera toma de "Uma nota mais" con "La Guerrera" y las cuerdas de nylon.

Llegó el momento de presentarles “Uma Nota Mais”, la cuarta y última canción del disco de Kutimba. Pero antes, una nota más de Costa Rica, uno de los países más lindos en lo que va de nuestra gira latinoamericana. Además, otro video de Kutimba en vivo!

Sámara y un contrato para el recuerdo
Si no hubiera sido por Michele, el dueño del Hotel Lys de Montezuma donde tocábamos a cambio de hospedaje y comida, nunca hubiéramos ido a Sámara. Nos habíamos enterado de que existía una tal “Sámara” cuando Elenita, la copada que nos alojó en San José, nos alcanzó el periódico señalándonos la nota de tapa: “Argentina asesinada en Sámara”. Era una historia que me había conmovido: una chica argentina de 21 años, músico de profesión, había sido asesinada cuando le intentaban robar su computadora.
Tiempo después, cuando estábamos todavía en Montezuma, Michele nos había conseguido dos fechas para tocar en Sámara, una hermosa playa a unas cinco horas al norte de Montezuma, también en la península de Nicoya, sobre el océano Pacífico.
Y el mismo Michele, que se había encariñado con nosotros y no quería vernos partir, se encargaría de llevarnos en su camioneta y en otra que alquiló especialmente para transportar todo el equipo (se imaginarán lo cargado que viajamos).

El gran Michele, protagonista de nuestra historia, testeando las nuevas congas LP Traveller de Mauricio.

Playa Carrillo (al lado de Sámara).

Sámara resultó ser, junto con Montezuma, lo más lindo que vimos en Costa Rica. Y su gente nos recibió demasiado bien, empezando por Estefan y Estefania, la pareja italiana dueña de “El Gusto Ristorante” y “El Gusto Beach” que nos había contratado para tocar una vez en cada local.
El viernes tuvimos un cálido debut en el Ristorante italiano, donde se suponía debíamos hacer un show más tranquilo, anunciado para nuestra sorpresa como “Latin Jazz”. Con muy poquito de jazz y mucho de latino (no de latin) dimos nuestro show habitual cargado de cumbia, reggae y rock, que sobró para entretener a los comensales de la alta alcurnia samarense.
Al otro día, en el bar-restaurant sobre la playa "El Gusto Beach", largamos todo el arsenal fiestero kutimbero que tuvimos que alargar durante tres horas para satisfacer a nuestros jefes y así lograr un nuevo contrato. Sámara era uno de esos lugares donde nos podíamos quedar meses, ya que tenía todos los ingredientes que andábamos buscando: belleza, tranquilidad, naturaleza y buena vibra.

En el "Gusto Ristorante" con Estefan y Estefania.


Noches de "Latin Jazz" (habría que agregar más comillas) en el ristorante italiano "El Gusto".


Estefan y Estefania, personas muy cálidas y con mucha buena onda, habían quedado muy conformes con la banda y estaban felices de tenernos un tiempito más. Además, había que aprovechar los últimos días de turismo que quedarían sepultados con la llegada de las lluvias de septiembre, el peor mes del año junto con octubre.
Así fue como Kutimba firmó el mejor contrato de su corta historia: tres shows semanales a cambio de dos habitaciones en un muy lindo hotel, una comida excelente por día en el restaurant (dos el día del show) y 100 dólares semanales a cada uno. En ese momento de excitación, nos parecía el mejor contrato que podíamos haber obtenido, aunque después, examinándolo en frío, no fue tan buen negocio.
Pero lo importante fue lo bien que la pasamos en Sámara. Todo el día en la playa, chupando y comiendo. Además, los shows de la banda tenían muy buena aceptación en el público, sobre todo en el local, que siempre nos pedía nuestra canción “Misión Tropical”.

"El Gusto Beach".

Rumba latina en "El Gusto Beach".


La hermosa playa de Sámara.

Después de veinte días, nos despedimos de toda esa gente hermosa que nos había acobijado en Sámara. Con Mauricio nos dimos una última vuelta por el pueblo para saludar a los amigos, y todos nos hicieron algún tipo de regalo: Estefan y Estefania nos ofrecieron un último almuerzo, un artesano colombiano nos regaló unas pulseras de macramé, un argentino dueño de una pizzería nos dio las pizzas a la noche y, por último, un gringuito querido (porque cuando el gringo es querido, es queridísimo) llamado Archie, nos regaló una cámara filmadora para documentar nuestro viaje y nuestro proyecto: “Tienen que hacer un documental con todo esto que están viviendo”, nos dijo Archie.
Dejamos atrás Sámara y su gente con promesas de volver, sobre todo considerando dos ofertas que nos hicieron para la fiesta de fin de año: una para tocar en “El Gusto Beach” y otra para tocar en la mansión de Sam Allibrando, un italiano que tiene una casa soberbia frente al mar.









Ta’me rindo
Nos subimos nuevamente a la camioneta de Michele y nos fuimos a Tamarindo, unas dos horas al norte de Sámara, para aprovechar el departamento que nos prestaba el padre de Mariana, nuestra amiga de San José, sobrina de Elena, nuestra madre tica que nos había alojado en San José. Y de paso nos íbamos acercando lentamente a nuestro próximo objetivo: Nicaragua.
Con el techo asegurado y algunos contactos que teníamos de nuestra primer visita a Tamarindo cuatro meses atrás, parecía que todo iba a ser más fácil. De entrada, conseguimos dos chivos (dos toques) el fin de semana: el sábado en “Le Beach Club” y el domingo en “Pacífico”. Pero otra vez, una misma protagonista nos iba a golpear bien bajo: la maldita temporada baja.
Los últimos días de agosto se extinguirían junto con nuestras expectativas laborales: todos y cada uno de los bares de la ciudad nos dijeron que no podían contratar más música en vivo hasta noviembre, cuando comienza una nueva temporada.
Y ahí se terminó la historia de nuestro insulso regreso a Tamarindo. Lo único que nos dejó fueron dos shows que en su momento los vivimos como dos más, con poco público y sin demasiadas emociones, pero que ahora recordaremos como los últimos momentos que nos tuvieron a los cuatro juntos arriba de un escenario.

Ultimo show de Mauricio con Kutimba. Como siempre, haciendo mover caderas por todo el continente.
Había que salir corriendo de Costa Rica. Sin trabajo y soportando un costo de vida exorbitante no íbamos a sobrevivir mucho tiempo. Pero un desperfecto técnico en nuestro equipo de sonido Peavey Scort, al que hemos bautizado el 5° Kutimba o simplemente “Scortie”, nos hizo volver a San José para verlo con un buen técnico en la única ciudad de Costa Rica donde se consiguen repuestos.
Después de cuatro noches en la casa de Elena en San José y con Scortie reparado, salimos Valerio, Federico y yo directo a Nicaragua en el “Tica Bus”. Ni nos despedimos de Mauricio, quien se reencontraría con nosotros unos días después en Nicaragua, ya que él tenía que buscar un método menos ortodoxo para cruzar la frontera debido a los problemitas que tienen los colombianos para viajar por el mundo.


Estefan y Estefania en la "Fiesta Pirata" de "El Gusto Beach".

Kutimba y su latin rumba en "El Gusto Beach".

"Michele"







Playa Carrillo.

Estefania y Michele (Pirate Party).

Los Lennon-McCartney "sudacas".






Y un recuerdito de Montezuma. Otro video de Kutimba en vivo en el Hotel Lys:



Adentro del "Magic Bus" de Montezuma (para Lenzo).

“Uma nota mais”
Llegó el momento de presentar “Uma Nota Mais”, la última canción del EP de Kutimba. Compuesta en su mayor parte en Montañitas, Ecuador, la canción nació mientras experimentaba con una secuencia de acordes de Bossa Nova, lo que me llevó instintivamente a cantarla en portugués.
"Uma nota mais", una canción más personal e introspectiva que las otras tres, es la única del disco que no pertenecía a nuestra antigua banda Pachanga, por lo que tiene un sabor diferente.
La canción cuenta con varias perlitas. El flaco Faiad, además de la bateria, toca el bajo en la sección funk de la canción, mientras que Mauricio hace su debut con los bongos en una grabación. Y en el solo y la segunda estrofa aparece por segunda vez en el disco (ya había grabado “Magalí”) Santiago Aguilar -ex trombonista de Rubén Blades y actualmente en la sinfónica de Panamá-, interpretando nuestros arreglos para trombón. Yo me ocupé de la voz, las guitarras y una parte del bajo.
Le quería agradecer a Justina Zapata por las clases de portugués, y a Pablito Machao por ayudarme a buscar el sonido de guitarra para la grabación. En fin, acá va el link para escuchar y descargar la canción (estaría bueno que comenten que les pareció):
                           www.purevolume.com/kutimba

Por un poco de feedback
El blog tiene un promedio de 20 visitas diarias pero casi nadie comenta. Con el objetivo de tener un poco más de interacción con los lectores, hemos puesto una encuesta en la columna de la derecha para que voten por cuál fue la canción de Kutimba que más les gusto. Y si se animan a comentar, es muy fácil y es importante para nosotros. Solo tienen que ir hasta el final de cada entrada, donde dice comentarios, y seleccionar un perfil. La opción más fácil es seleccionar “Nombre/Url” o “Anónimo”. Después “Publicar comentario” y listo!
Y en recuerdito final de Costa Rica: la entrevista televisiva que nos hicieron para el canal de música "VM Latino". No la pude subir al blog porque era muy pesada, así que les dejo el link de YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=jTAl_IlsUY8
Saludos y no se pierdan en unos días la próxima entrega desde Nicaragua: “Los gurises cinco estrellas”.

Kutimba inmortalizado en el bus de Montezuma: de Colombia y Argentina siempre!