lunes, 29 de junio de 2009

El Cuzco

Será la música mi leche y mi comida

"El Cuzco es una fiesta, un magia que emana de las propias piedras con las cuales esta construida" (Seco Pon, J.L, 2009:48)



*Noche debut en el Km Cero

No sé por donde empezar a narrar todo lo que nos está pasando acá en esta ciudad increíble llamada El Cuzco. Vinimos a pasar dos o tres días para que Valerio conozca, y ya pasamos dos meses pegaos en el Cuzco. Dos meses que parecen dos años, por la cantidad de cosas que nos han sucedido.
Llegamos al Cuzco con muchos temores. Estaba el miedo constante, latente todo el tiempo, de que en cualquier momento esos 500 dólares que llevábamos cada uno en nuestros bolsillos se iba a acabar rápidamente. Y eso creaba tensiones en nuestra muy reciente relación con Valerio: de un día para el otro, dos desconocidos tenían que pasar 24 horas diarias juntos, tratar de ganarse la vida día a día, pasando hambre algunos días, en esos primeros momentos de nuestro viaje por Chile.
Además, todavía no teníamos la confianza que necesitabamos para creer en nosotros, todavía no sabíamos si lo ibamos a lograr, si nuestra música, nuestra pasión, lo único que sabemos hacer en este mundo, lo único que nos mueve a hacer cosas, si esa música que amamos nos iba a dar de comer algún día, nos iba a permitir viajar, nos iba a hacer sentir realizados.
Otro miedo, en este caso personal, era que yo jamás me había considerado cantante, nunca había cantado más de dos canciones por show y nunca imaginé que cantaría con mi guitarra más de dos horas por noche. Pero me convencí de que lo podía hacer y fuimos para adelante.
Para lograr mi cometido, heché mano de varios recursos del cantante "ladri". Debido a mi imposibilidad de llegar a las notas más altas (ese maldito Fa es mi techo), bajé un semitono la afinación de mi querida guitarra "Fonsequita" y descubrí que las canciones se pueden bajar de tonalidad y el tema sigue sonando igual, lo que se adecua más a mis tonos graves y me posibilita estar muchos más cómodo con mi voz.
Esas primeras semanas también fueron muy difíciles porque Cuzco está lleno de músicos y todos los lugares nos cerraban las puertas, diciéndonos que ya estaban completas todas las fechas para bandas.
Hicimos audiciones en dos restaurantes y fuimos rechazados: "Los llamamos". Ese mismo día, con la cabeza agacha fuimos a preguntar a uno de los últimos bares que nos quedaban por visitar. Quedaba en el hermoso barrio de "San Blas", subiendo por el cerro, desde donde se puede avistar todo Cuzco. El lugar llamado "Km Cero", lo regentea un chileno, que estaba parado detrás de la barra. Resignados, esperando otro "No", casi pegando la vuelta antes de decirle cualquier cosa, le pregunto, cansado ya de repetir el mismo discurso tantas veces, sin obtener resultados:
-"Amigo, somos músicos viajeros, y estamos buscando lugares para tocar".
-"Vengan mañana a hablar. Tocan la semana que viene", nos dijo Ariel, otro viajero como nosotros, que está de paso por el Cuzco montando su negocio por un tiempo.
Super contentos, salimos de ahí y fuimos al último bar que nos faltaba: "Tocan mañana". De repente, todo comenzaba a gestarse.
Los discípulos de Alcachofa hicimos nuestro debut en un show largo (hora y media) en el bar "The Muse", después de dos semanas de ensayo en nuestro hostel a las afueras de la ciudad. Todo salió bastante bien para no tener sonido, teniendo que gritar para que mi voz no se escondiera entre las voces de la gente ni por el ruido de la licuadora de los coctéles.
Pero al día siguiente ocurrió la magia: tocamos en el Km Cero, el mejor bar de Cuzco, con la mejor onda, donde se resguarda toda la bohemia en las frías noches Cuzqueñas. Con un excelente sonido, en el lugar se mezclan los gringos con plata, con los artesanos, los músicos, los poetas y los viajeros de toda latinoamérica y el mundo.
La buena vibra que hubo esa noche nos abrió los ojos. Pudimos transmitir algo que va más allá de lo musical, y nos dimos cuenta de que nosotros podíamos. Después de esa noche, todo salió como por arte de magia. El chileno nos ofreció tocar en su bar todas las noches, despues de las bandas principales, en una especie de "after hour" que comenzaba a las doce de la noche. "El Kilómetro" se llenó todas las noches y nos empezaron a llamar de otros bares.
*Con Arielito, el dueño copado del "Kilómetro".
Y los músicos de la escena local nos empezaron a mirar con recelo. Ni nos dirigían la palabra. Pero hubo unos pibes de Colombia, que la estaban rompiendo todos los domingos con su pachanga fiestera, que nos invitaron a un ensayo para ver si podíamos hacer algo juntos. La conexión que hubo ese día fue increíble, y enseguida nos aceptaron. Valerio y yo nos pusimos arreglar las canciones originales de la banda, poniéndole muchas cosas nuestras, lo que fue algo muy gratificante. Y estabamos haciendo algo diferente, o por lo menos para mí: tocar en una banda de música para bailar.
Pero al poco tiempo hubo problemas con el bajista de la banda, y yo me adentré en un nuevo desafío. Agarré el bajo, y hoy puedo decir que también soy bajista. Y "Pachanga" sale de gira en agosto, rumbo a Ecuador, con Valerio en la bateria y yo en el bajo.
*Los colombianos de Pachanga, cantando con "Los discípulos de Alcachofa".
Después otro músico, de Lima -por cierto, el mejor cantante que hay en Cuzco-, se fijó en nosotros y nos invitó a unirnos a su banda de Rock, Funk y Reggae. Y además, nos invitó a compartir el alquiler de su hermoso departamento, en el barrio de San Blas, a la vuelta de todos los bares en donde tocamos. Alvarito, ya un gran amigo, fanático de los Beatles, también se va de gira con nosotros.
*Alvarito al frente de su Fender Stratocaster, improvisando con "Los Discípulos".
Y por último, conocimos a Laurita, una española divina, con una voz increíble, que está realizando nuestro sueño originario: viajar por latinoamérica con su música, en una Kombi Volkswagen que compró en Chile con otras tres amigas. Con Laura armamos una banda de Jazz y Bossa Nova, que nos dió muchas satisfacciones y nos enriqueció musicalmente. Les recomiendo que visiten su blog: http://www.kombidinamita.blogspot.com/
Y nosotros seguimos con nuestro dúo "Los discípulos de Alcachofa", que hasta ahora es lo que mejor nos rinde económicamente.
Por otro lado, Valerio se perfila como el mejor percusionista del Cuzco (yo no tengo dudas de eso), dejando boquiabiertos a todos con el sonido que le saca a su bateria minimalista, que cabe en una mochilita. Apodado "El Pulpo" porque parece que tiene ocho brazos cuando toca su batería, consiguió trabajo con uno de los músicos mas conocidos del Cuzco: "El Phuru".
Y me fui al carajo escribiendo. Gracias a todos los que nos apoyaron en este camino que hemos emprendido. Se puede!!!



*Noches de Jam Session en el "Kilómetro". Acá con Juancito cantando "La Bersuit".

*Con la gringuita, haciendo música balcánica.


*Alvarito!


*Con Fernando, el mejor bajista de Cuzco (el único), que se une a "Los Discípulos de Alcachofa" cuando nos transformamos en banda en el bar "Sacras".


*Con nuestra mamita Chilena, que nos cuidó tanto...tanto!