lunes, 20 de septiembre de 2010

De Cartagena a Panamá

*Con la proa apuntando al oeste, a centroamérica.

Después de contemplar varios planes (el primero fue quedarse de ilegal en Colombia hasta agarrar la temporada de diciembre-enero en la costa, después fue ir para Venezuela donde se rumoreaba que los pasajes de avión eran muy baratos para visitar nuestro país, al cual ya extrañamos mucho), finalmente decidimos patear el tablero y seguir pa’delante rumbo a Centroamérica, dar el gran paso y saltar a Panamá en velero.
Pero primero, no podemos dejar de dedicarle unas líneas más a una de las ciudades más importantes de nuestro viaje: Cartagena de Indias.



Cartagena, la sucursal del cielo (Parte II)



Cartagena significó el fin de una etapa. En Cartagena dejamos morir a nuestra amada banda Pachanga y vimos florecer con todo al Ché Trío, el proyecto musical que mejor hemos explotado laboralmente y que más rédito económico nos ha dado en lo que va del viaje. Cartagena también fue la última parada de nuestro camino por Sudamérica, continente que recorrimos durante un año y medio haciendo música en ciudades y playas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia.
Durante los dos meses y medio de nuestra estadía en Cartagena, alquilamos una habitación para los tres en “La Posada del Pirata”, un antro de dimensiones bíblicas pero con mucha onda, ubicado en pleno centro histórico de la ciudad, ese que se encuentra rodeado de una gran muralla construida por los españoles para salvaguardarse de los piratas que acosaban la zona. “El Pirata” era unos de esos hospedajes que sirven de refugio a los locos, artesanos, hippies y caminantes, la mayoría argentinos, que sin duda somos los que más viajamos por Latinoamérica.
Rápidamente nos pusimos a tocar con el Ché Trio en varios lugares con públicos muy diversos, a los que adaptábamos nuestro ya enorme repertorio. Nuestro primer contrato fue en las fiestas de los miércoles en la terraza del Hotel Medialuna, donde tocábamos para un público en su mayoría gringo (por gringo se entiende todo hombre blanco que no hable español) una combinación de música en inglés y música latina para bailar: cumbia, salsa y samba. Los viernes quedamos fijos en el Scooter Pub, donde teníamos un público más joven y local, ávido de mucho reggae, y los sábados teníamos el mejor toque en el mejor bar de Cartagena, el bar alemán “León de Babiera”, donde tocábamos siempre a casa llena para un público puramente cartagenero y de poder adquisitivo, que se volvía loco por Soda Stereo y el rock argentino.


*Poster promocional del Che Trío en el Scooter Pub


The Dream is Over: el ocaso de Pachanga
En pleno auge del Ché Trío en Cartagena, nos vino a visitar Javier para volver a juntar a Pachanga por una última vez y darle una especie de despedida a la vaina. Javier había decidido dejar la banda para irse a vivir a España y nosotros nunca pudimos encontrar un reemplazo (el bajista que había prometido venir hace unos meses nunca llegó).
Tocamos con Pachanga en las fechas que teníamos programadas para el Ché Trio, pero una banda desanimada, que sabía que el sueño se había terminado, y completamente desajustada por la falta de ensayo después de dos meses sin tocar, no convenció a nadie y la gente pedía por el Ché Trío. Pachanga ya estaba muerto, solo faltaba darle entierro.
El fin de semana siguiente al fracaso pachanguero volvimos a tocar con el Che Trío, ahora con Javier observando el show desde una mesa y sin dejar de sentir cierto escozor, sobre todo cuando interpretamos nuestra versión acústica del clásico de Pachanga, “El Pibe”.
Pachanga era cosa del pasado y el Che Trió brillaba con un éxito sin precedentes en nuestra corta trayectoria tocando juntos desde que salimos de Argentina. Pero parte de ese éxito se debía a esa herencia pachanguera de fiesta y fusión del rock con ritmos latinos que el Ché Trío tomó como propia.
Si de algo nos dimos cuenta en este tiempo, es que la gente quiere fiesta, quiere divertirse. Estamos cansados de ver excelentes músicos de jazz tocando para tres personas. Nosotros le damos a la gente lo que quiere escuchar y nos divertimos también. Además, tenemos nuestro proyecto musical de temas originales en donde buscamos experimentar con nuestra música y plasmarla en un nuevo disco grabado en Panamá. Pero nuestro trabajo es entretener y eso es lo que nos permite comer, viajar y tener siempre un techo donde dormir.

De Pachanga quedó solamente un hermoso recuerdo. Quedó también un disco que, con todos sus defectos, le tenemos un gran cariño y nos ha servido de mucho. Ese disco nos abrió las puertas para tocar en Europa –que fueron cerradas por la burocracia administrativa y xenofóbica de la embajada de Francia- y todavía nos genera buenos ingresos, ya que se vende como pan caliente durante los shows del Ché Trío.
Tenemos la esperanza de algún día encontrar un bajista y formar la banda de vuelta, pero lo que es seguro es que nos juntaremos todos algún día en el Cuzco, donde todo nació, para revivir la magia.


Pura magia: Pachanga en Cusco.


Los buenos tiempos: ensayando en Máncora


El cruce a Panamá: del infierno al paraíso
Tuvimos que dejar Colombia atrás, en contra de nuestra voluntad, ya que el gobierno colombiano no nos permite estar como turistas por más de seis meses. Colombia fue un país en el que nos sentimos como en casa y en donde hicimos muchísimos amigos; un país que nos dió todo y en donde dejamos raíces que seguramente nos harán volver continuamente a sus tierras.
El 26 de septiembre partimos rumbo a Panamá arriba del “Shieda”, el pequeño velero del Seba, un argentino artesano y viajero, como tantos que andan por ahí, que cuando llegó a Panamá, también en velero, decidió seguir su Leyenda Personal y se puso a trabajar en un barco hasta que se pudo comprar el suyo para realizar su sueño de navegar por el mundo.


El capitan con el hermoso Dorado que pescó mientras nos acercábamos a Panamá. Una hora más tarde lo estábamos saboreando.

La travesía en velero hasta Panamá fue tan hermosa como perturbadora, una de esas experiencias que uno se alegra de haberlas hecho una vez, pero que no volveríamos a repetir. Los supuestos tres días de navegación por el Caribe hasta Panamá se transformaron en cinco debido a las tormentas y fuertes corrientes que tuvimos que afrontar. Todo comenzó con una tormenta impresionante en mar abierto la primera noche, y los vómitos y mareos constantes que se extendieron por tres días. Era desesperante sentirse tan mal y ver solo mar, saber que no había escapatoria, que había que esperar cinco días para bajarse del barco. “Nunca había tenido a toda la tripulación descompuesta”, nos confesó más tarde el capitán.
La tortura parecía haberse terminado al cuarto día de navegación, cuando ya nos habíamos acostumbrados al movimiento del barco y los mareos cesaron, lo que nos permitía volver a comer normalmente. Ese día pisamos tierra cuando bajamos a la isla Porvenir, en el archipiélago de San Blas, para hacer los trámites migratorios de entrada a Panamá. Pero ni bien me bajé del barco, no podía mantenerme en pie y me sentía mareadísimo de vuelta, pero ahora en tierra!! Era el famoso “mal de tierra” que le agarra a algunos cuando están un tiempo en el mar.


*Tierra!!

Lo primero que quisimos hacer cuando bajamos del barco fue relajarnos en las playas de las islas y meternos al mar transparente de tono verduzco típico del Caribe. Pero grande fue nuestra sorpresa al ver a nuestro lado que de unas pequeñas construcciones de chapa sin techo, al final de un pequeño muelle que las elevaba sobre el agua, caía al mar donde nos bañábamos una masa informe de color marrón oscuro. Después vimos salir una persona de la pequeña habitación y caímos en cuenta: nos estábamos bañando en los cagaderos de los indios Kuna, habitantes de las islas.



*Un Kuna ofreciendonos langosta fresca





Pasamos la tarde en la paradisíaca isla desahitada de Chichimé, donde hay solo palmeras, arena blanca y el agua cristalina que deja ver sus corales y estrellas de mar en el fondo. Nos comimos unas langostas recién sacadas del agua y por la noche salimos a Puerto Lindo, desde donde nos tomamos un bus a Ciudad de Panamá.

Chichimé








Hoy estamos viviendo en Ciudad de Panamá, con trabajo y muchos planes para el futuro, pero ya les contaremos en breve lo bien en que la estamos pasando en nuestros primeros días en Centroamérica.






*El Seba



*Nuestros grandes amigos y compañeros de ruta, también tripulantes del "Shieda": Yankel y Laura.





En el fondo, la isla Porvenir



*Los Kunas habitan las 365 islas del archipiélago de San Blas, donde ejercen completa soberanía sobre su territorio.



*Durmiendo en el "Shieda"



*Con el trompetista de la banda colombiana "Velandia y la tigra"











*El parche de Playa Blanca (cerca de Cartagena): con Yankel, Laura, Esra y Sarita





*Playa Blanca



*Un asado en el caribe, hecho por un cordobés y un cartagenero en Playa Blanca. Hacía un año y medio que no probábamos esa delicia culinaria argentina.



*Chichimé















*En el puerto de Cartagena




9 comentarios:

  1. Enhorabuena por el gran salto chicos, aquí me quedo esperando el nuevo trabajo y por supuesto un nuevo retorno a bogotá...besos!

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  2. Chichimé looks like paradise! What beautiful men you all are, it is so nice to see you all even if it is only through photos. And I look forward to hear your new music. Don't ever let your adventure end- actually, don't even think of an end at all. xx

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  3. me alegro mucho chicos les deseo lo mejor sigan adelante disfrutando la vida venciendo la adversidades besos y muchos abrazos para mauricio

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  4. Pasaba por aca y me olvidaba de comentar!!! Ya no tengo palabras para decirles lo asombroso de lo que estan viviendo.

    Bueno, esteeemm eeee.. sin palabras chicos! Chau!

    Nachito querido!

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  5. "Nosotros le damos a la gente lo que quiere escuchar y nos divertimos también."Claaaaaro!!Nacional y Popular!como Bombita Rodriguez!!!
    Abrazo.
    El Rope-

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  6. Lisa, que buen escritor serias !!! bueno, se pueden las dos cosas!! me encanto el relato y las fotos. Que lugares tan hermosos y tambien la gente. Encuentran gente igual a ustedes.
    Todo mi apoyo desde mi corazon. Los " tres mosqueteros" son imparables!! TQM

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  7. yo kiero yo kieroooo yo kieroooooooooooooooooooooooooooooooo
    q lindo brother!!!!!!!!!!!!1 te mando buenas vibras desde la acolarada ciudad de la plata...
    besusssssssssssssssssss
    tu hermana mas linda!!1

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  8. hey buena pachanga ya estamos en casa. saludos de la red wine. mi mail es joseluismolinareyes@hotmail.com por si me uno a su gira :P jajaj exitos

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  9. Claire...really nice darling but try to write in spanish iven if you don't know...make an effort with the dictionary...dale griga...many kisses xxx altas fotos locos, de una pilas...

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