viernes, 12 de marzo de 2010

El lado oscuro (Parte II): Mutar o morir (o morir mutando)

I. Eléctricos



Cuando volví de Colombia hicimos el último show acústico de los “Discípulos”. Me había ido a pasar fin de año con mi vieja a donde supuestamente íbamos a estar con la banda para las fiestas, pero los planes cambiaron con la buena propuesta de trabajo que teníamos en Montañita. Después de recorrer durante diez días el hermoso sur colombiano con mi querida madre –anduvimos por Cali, Popayán y San Agustín-, volví chocho de la vida a mi querida Montañita, a la que llegué a extrañar.
En Cali
Ruinas de San Agustín


“Los Discípulos de Alkachofa” iban a entrar en una etapa de cambio. Valerio me había manifestado su descontento con volver a tocar su mini batería después de estar tocando con la batería completa todas las noches en Caña Grill. Por esa razón, y ya con suficiente trabajo en Caña Grill, ni siquiera nos asomamos por el restaurant “Por qué no” donde hacíamos nuestro acústico todos los fines de semana. Pero algo muy lindo para el músico nos hizo cambiar de opinión: el dueño de “Por Qué no” nos fue a buscar para que tocáramos de nuevo en su local.
Con mucho gusto fuimos a tocar y todo salió demasiado bien. Cuando pasé la gorra para hacer unos pesitos extras un gringo me dijo: “No les voy a dar plata ahora, pero quiero que toquen en mi bar en la playa”. Y de yapa, otra persona nos dio la propina más importante que hemos recibido en el viaje: un billete de veinte dólares. Entre lo que nos pagaba “Por qué no”, las propinas y la comida, hacíamos más del doble de lo que ganábamos cada noche en Caña Grill con la banda.
Con mucho entusiasmo y cargados de energía nos fuimos esa misma noche a tocar en Caña Grill. Pero nuestras sonrisas se desdibujaron cuando nuestra poseedora jefa nos llamó seriamente para hablar en su oficina. Muy enojada y a los gritos, enterada de nuestro toque en “Por qué no”, nos prohibió tocar en cualquier otro lado que no sea Caña Grill. “Esas son las reglas chicos. Si no les gustan, mañana llamo a otros dos músicos”.
Salir del Caña Grill y recuperar nuestra libertad era bastante arriesgado. La plata que nos ofrecían era buena y además, en caso de salirnos, afectábamos a Pachanga y a sus otros dos miembros. Quedaban dos opciones: o disolver los Discípulos por un tiempo o adaptar el formato a la discoteca Caña Grill.
Como Bob Dylan en el festival de Newport de 1965, los “Discípulos” se electrificaron. Guitarra eléctrica, bajo y batería, la alineación clásica del rock and roll, eran ahora la nueva formación del anteriormente dúo acústico. Me saqué el papel de trovador y me colgué la Fender. Valerio se puso al frente de una batería de verdad, de la que ya no se puede despegar. Y a nosotros se sumaron dos bajistas, que entre los dos no hacían uno. El mejor bajista que tuvieron los Discípulos habría de llegar unos días después.
Federico Borges, “El negro Escueto” pa’ los amigos, y José Luís Seco Pon, “El Seco”, dos de mis mejores amigos, fueron a visitarme a Montañita. Compartimos nostálgicas charlas, con varias Pilsener de por medio, hablando al cuete y riéndonos como locos. Pero lo mejor fue volver a compartir un escenario con los dos. El negro se calzó el bajo para hacer un pequeño revival de nuestra bandita “Histeria” y rockeamos con “I saw her standing there” y “Roxanne”. Y con Seco recordamos esos temas que hicimos mil veces en nuestro viaje a Cuba: “Hasta siempre” y “El cuarto de Tula”.
Los “Discípulos” eléctricos siguieron por un tiempo en Caña Grill. Pero nos habían asignado el peor día de la semana, los martes, y ninguno de los bajistas se sabía bien las canciones. A pesar de eso, el show funcionaba pero no llenábamos nunca. Y en Caña Grill tenemos algo muy parecido a la presión del rating que tienen los programas de televisión en el horario central: si no hacés 30 puntos de rating te sacan del aire. Y un día nos sacaron del aire, y a mí me dejaron sin un vital lugar de expresión, me dejaron sin voz ni voto.


II. Vendiéndole el alma al diablo
Hubo un momento que para mí marcó un antes y un después en nuestra estadía en Montañita. Estábamos tocando con los Discípulos en Caña Grill. Veníamos bien, tocando chévere y con bastante gente escuchando. Pero al final de nuestro show, nuestra jefa ordena que se suba al escenario “Black Daddy”, un negro corpulento que a veces canta algunas “melodías” de reggeton para alborotar a las mujeres. Más allá de que a mí no me guste el reggeton, nos pusimos a tocar sobre una base pedorrísima de bajo y batería y con Black Daddy cantando los reggetones más conocidos. La gente se enloqueció.
Todo lo que habíamos hecho por hacer algo diferente, por hacer música cada vez mejor, todo había sido en vano, porque la gente se enloquecía con la peor basura. Solo hacía falta gritar, ni siquiera cantar, “alza la mano si tú estás gozando”, y repetirlo unas veinte veces. Pero también caí en razón de que la Pachanga, aunque por momentos, hacía también algo parecido para motivar al público.
Y una pregunta que todavía no me puedo responder me empezó a sobrevolar la cabeza: ¿Hay que darle al público lo que quiere? ¿O la misión del artista es otra, es dar algo más, una visión del mundo propia, sincera, educando al público a apreciar algo diferente que tal vez no comprenda tan fácilmente en un primer acercamiento?
El papa negro: "Black Daddy"
La estrella de Monkaña, Showy.

Tanto Pachanga como Los Discípulos entraron en un período de mucha presión. Nuestra jefa nos llegó a prohibir tocar “Un beso y una flor”, canción que había sido uno de los hits de los Discípulos desde que comenzamos a tocar en los bares por la gorra, allá en Chile. Y La Pachanga fue obligada a hacer más covers que peguen en la audiencia, llegando a tocar solo covers algunas noches.
Por otro lado, en la banda estable de Caña Grill que también integramos, el grupo de covers “Monkaña”, nos pusimos a tocar cosas espantosas que unos meses atrás nunca pensé que haría. Canciones malas y estúpidas pero que pegaron en la radio, de grupos como Maná, La Ley, Juanes y esos reggetones que detesto. “El músico profesional tiene que tocar de todo”, me consolaba Valerio.
Pero lo que más me molestaba es que gente que no tiene ni idea de música me dijera qué y cómo debía tocar la guitarra. Cada vez que buscaba divertirme tratando de ser creativo con mi instrumento, recibía el reto de mis superiores.
La vida en Montañitas se volvió rutinaria, teniendo que ensayar todos los días a las tres de la tarde, con un calor insoportable, para después tocar la misma basura todas las noches. Los días y las noches se volvieron idénticos todos. Y lo peor de todo fue haber perdido nuestra libertad, teniendo que responder órdenes de un jefe que tengo por primera vez en mi vida, cumpliendo horarios casi de oficina. Todo para cobrar un buen sueldo al final de la semana.
Mis ganas de hacer música se esfumaron y, muy cansado de todo, me pasaba mi tiempo libre tirado en la cama, leyendo o mirando televisión. Por primera vez en once meses de viaje no estaba feliz.
Pero a pesar de todo, no nos podíamos quejar tanto. No estábamos en una oficina, estábamos en la playa y ganábamos bien por tocar, que es lo que queremos hacer toda la vida.
Había dos salidas posibles a esta situación: irnos de Caña Grill para tocar libremente en otros bares de Montañita o seguir viaje hacia Colombia. Irnos de Caña Grill nos resultó demasiado riesgoso, sobre todo ahora que bajó mucho la temporada. Así que decidimos volver a la ruta en dirección a Colombia este lunes 15 de marzo, para volver a la aventura, a esa linda sensación de incertidumbre, porque la libertad es la incertidumbre total.







Fragmentito del último show acústico de "Los Discípulos de Alkachofa":

10 comentarios:

  1. No se puede estar bien con Dios y con el diablo. Todo lo que brota es fruto de, vaya saber alguien, alguna de las tantas cosas vividas.
    Todo es parte del camino, debemos elegir.

    Abrazos, Tía Jota

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  2. Me parece fantastico loco que se vayan a la mierda loco , en colombia los espera otra fiesta, nada de rutina para ustedes, algo de eso fueron a buscar amigos

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  3. en colombia incluso los espero yo...
    besoslargos
    lau

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  4. LIsandro: unicamente cuando uno se siente incomodo, busca hacer cambios.Me alegro que cierren la etapa de Montanitas, que significo aprendizaje e independencia economica.Mucha veces las concesiones que se hacen, como hacer cualquier musica, sirven para poder seguir adelante con los proyectos.
    Me encanta como escribis .Segui haciendolo por favor.Muy buena la definicion de libertad.Gracias por mencionarme, esto siempre cerca.Un abrazo de Pachanguera para los chicos y el Universo los espera!!!
    TQM

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  5. sin duda, la libertad es la incertidumbre total, tomar decisiones arriesgadas, pero plausibles y eso es sentirse vivo.

    ¨caminante no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino,
    y al volver la vista atrás
    se ve la senda que nunca
    se ha de volver a pisar.¨

    abrazo
    lenzo/lea

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  6. hablando de la libertad, nunca se troca por un par de papeles estampados. la creacion propia es nuestro florecer, sea lo que sea a tu manera y con esa hasta la victoria, siempre!

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  7. Jefes, jefas, libertad...??? Hay querido! Vos no sos un tipo que toca la guitarra, SOS UN ARTISTA y al que no le gusta lo que haces que se vaya, no? Creo que esa señora jefa por mas que les pague, no tenia ningun derecho a obligarlos a tocar cosas que no van con la pretigiosa Pachanga. Es mas, ustedes por un lado no deberian haber dejado el Por Qué no, ya que el trato era con Pachanga y no con Los Discípulos, ustedes les entregaban su show.

    Con respecto al publico: Hay publico par todos los gustos y depende del musico a quien quiere llamarle la atencion. Estan los consumidores y los cabecitas abiertas, tal vez pensaste alguna vez lo mismo de la Cumbia a lo que pensas ahora del Regueton........seguro que no.

    Animo, que no hay mal que por bien no venga! Ya estaban aplastandose en Montañitas.

    P.D.: Che contá mas de Escueto y Seco !!! :P

    Nachito querido!

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  8. mmmmmmmmmmmmmmm no me gusto leer las cosas (iba a poner cosas "malas", pero aprendi q las cosas te gustan o no, no creo q para este tipo de cosas sean malas o buenas) en fin, no me agrado saber q no la estaban pasando bien... pero la neta es q ya estan cerca de colombia, y los cambios no nos gustan generalmente en el momento q suceden, pero sí son parte de nuestro creciemiento... Lisa cada vez estas escribiendo mas lindo, o de una manera q haces llegar al otro, q bueno tener visitas de la familia, amigos, q te hagan sentir apoyado en esa idea de libertad y de busqed persoal q tenemos todos los santos dias... por q el dia q te estancaste, perdes...

    puffff, es mas pa mail, pero te gustan los comentarioss!!! =)

    besoos a todo pachanga y estamos en ocntactooooo


    gabyy

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  9. menos mal que se fueron de ese lugar de explotacion, lo unico que falta que les digan que tocar!!!
    Hay que ir siempre pa' adelante no pa' tras!
    Mas alla de todo, Tit escribis MUY BIEN!!!
    Exitos y segui relatando las aventuras.
    Besos.
    Cande, Nati y Jose

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  10. Lisaaaaa no te cuelgues con el blog!!!
    Tía J

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