jueves, 4 de marzo de 2010

El lado oscuro (Parte I)

Con la publicación de hoy comenzamos a contar una serie de tres historias que muestran por primera vez algunos aspectos negativos de Montañita y de nuestro viaje. Las historias iban a ser publicadas todas juntas ya que están entrelazadas entres sí, pero por una razón de extensión y para no aburrirlos, las publicaremos una por semana. Si bien son historias no tan felices, son episodios que nos han servido de experiencia y de los que seguramente sacaremos algún aprendizaje.


El día que Pachanga no funcionó o la maldición del negro


Rara vez desde que empezamos a tocar con Pachanga, allá por el mes de mayo del año pasado, hemos tenido conciertos que no hayan sido un éxito total. Tal vez algún show con poca gente, nada más grave que eso. Siempre armábamos la rumba en donde sea que tocáramos, a veces nos costaba más, a veces menos, pero siempre terminábamos haciendo bailar hasta los muertos. Pero todavía no contábamos con la maldición del negro.
Una noche como cualquier otra, Pachanga salía a tocar al escenario con la misma energía de siempre, con la intención de armar un fiestón como cada vez que toca Pachanga. Pero la gente no reaccionó con las primeras canciones. “No importa” – pensamos-, “ya van a ceder. Mandemos la artillería pesada”. Largamos todos nuestros hits y nuestros mejores covers, y nada. La gente muda, petrificada en su lugar, mirando escépticos el espectáculo pachanguero.
“Qué pasó?”, nos preguntamos todos después del show. No encontrábamos explicación. Habíamos tocado bien, con energía, con buen sonido, pero algo incomprensible había pasado.
Decidimos dejar atrás lo sucedido y seguir tocando como si nada hubiera pasado. Pero volvió a ocurrir lo mismo en el show siguiente y en el que le siguió y así sucesivamente. Nosotros, sin todavía encontrar explicación, fuimos perdiendo el ánimo y empezamos a tocar sin ganas, retroalimentando un círculo vicioso que nos llevaría al fracaso más grande que sufriría la Pachanga.
Una noche, Mauricio tratando de animar al público, buscando hacerlo participar con sus llamados cómplices, sólo encontró una pared impenetrable que respondió con un silencio ensordecedor. La gente se comenzó a ir del bar y tuvimos que parar de tocar para darle lugar a la banda de covers “Monkaña”. Llenos de bronca tuvimos que aguantar la mirada acusadora de nuestra jefa, que con solo un gesto con su cabeza nos dijo todo.
Lo que era sumamente extraño era haber tenido un éxito rotundo durante más de un mes y de repente caer súbitamente en la desgracia, y todo en la misma Montañitas, en el mismo bar. Todavia recuerdo el doloroso comentario de un amigo, ese que antes solía decir: “Uy que bueno, hoy toca Pachanga, hoy hay fiesta!”, ahora decía: “Ya no me gusta más Pachanga”.
Comenzamos a elucubrar diferentes hipótesis de lo que nos estaba sucediendo, desde las más racionales hasta las más descabelladas. Se llegó a decir que hasta podía ser por el cambio de guitarra que había hecho Javier, quien dejó su Gibson en Colombia y comenzó a tocar con mi Fender.
Pero la teoría que iba cobrando más fuerza, sobre todo en el eje colombiano de la banda, era la de “la maldición del negro”. Haciendo memoria, llegamos a la cuenta de que nos había empezado a ir mal desde que el “negro” Juan Manuel no estaba en la banda.
A mediados de Enero, cuando nos volvimos a juntar después de unas vacaciones mías y de Javier en Colombia, la banda había evolucionado musicalmente, ya no éramos esa bandita que tocaba en los pequeños barcitos bohemios cusqueños que se llenaban con veinte personas. Ahora tocábamos en una gran discoteca, para un público masivo, y la cosa se había vuelto un poco más profesional.
Pero había un integrante de Pachanga que se había quedado atrás, al que no le interesaba mucho mejorar su rudimentaria técnica de percusión. Poco conformes con cómo estaba tocando, decidimos hablar con “el negro”. Para nuestra sorpresa, él era el más consciente de su situación y con mucha honestidad nos dijo: “Pachanga necesita un percusionista”. Ese mismo día tocó con Pachanga su último show y, días más tarde, volvió a su hogar en Pereyra, Colombia.


*El negrito Juan Manuel Alvarez


Extraña casualidad, el día en que Pachanga no funcionó, en el que todo comenzó a ir mal, coincide con el primer show sin el negro. Ese día hacía su debut en las congas pachangueras el excelente percusionista limeño, Cristofer.
Yo me negué a creer esta supersticiosa hipótesis de la “maldición”. Tal vez fue cierto que sin el negro se perdió un poco de la química grupal, después de tanto tiempo de haber tocado juntos. Además, el negro era un cien por ciento Pachanga: toma trago, mujeriego, fiestero. Pero en lo musical aportaba muy poco y Cristofer tocaba mucho más.
Había una hipótesis mucho más racional: el cambio del público. Montañita es una playa en la que se dan oleadas turísticas provenientes de diferentes regiones que transforman rotundamente, de una semana a la otra, el tipo de gente que invade sus costas. Cerca de navidad y hasta mediados de enero, cuando comenzaba la temporada, había muchos mochileros, muchos colombianos y muchos gringos. Ese era un público netamente pachanguero.
Después se vinieron los argentinos, pero no cualquier argentino. Chetos de la capital que llegaban en avión a pasar unos días de fiesta. Por las noches te los encontrabas en la calle todos juntos, escuchando y cantando a los gritos las mismas canciones que escuchan en San Isidro, y después los veías en la playa cantando el himno nacional. Montañitas se transformó en una Mar del Plata del pacífico. Y por esta época empezó a decaer la banda, cuando el público veía a la Pachanga como un espectáculo de circo frente al cual no sabían bien cómo reaccionar.
Pero luego vino un público peor para Pachanga: el guayaco (término con el que se denomina a la gente de Guayaquil). A fines de enero y durante todo febrero, estas playas se vieron invadidas por hordas de guayacos, un aluvión zoológico que desbordó la ciudad, llenando las playas de basura y rebalsando de mierda, literalmente, las calles (los posos sépticos se desbordaron y la mierda se asomaba por las callecitas de tierra). Montañitas perdió todo su encanto, y este público, totalmente ajeno a la Pachanga, lo único que quería escuchar eran los hits de moda, sobre todo de reggeton, que sonaban en todos lados. En este panorama, el futuro de Pachanga se tornaba muy oscuro.





12 comentarios:

  1. Che, pobre negro o pobre pachanga, no se....
    Y onda que no espero una semana para otra publicación!!! :)
    guarda con las energías, abrazos, Tía J

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  2. quiero saber como sigue pachangueros!!! que el negro le mete onda ni hablemos pero tiene que resurgir che!!! vamo arriba, se los recuerda siempre, besos URU

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  3. Che contá algo de Escueto y Seco

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  4. Chicos, ustedes son muy buenos! nada de creer en maldiciones.! A moverse! ya termino el ciclo de Montanitas! Colombia esta cerca.No se olviden que hay otra clase de argentinos, mucho mejores.vengan para Punta!

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  5. Pachanga es energia, no depresion! Vamos todavia!
    A mover el esqueleto y salir de alli! Montanitas es pasado! miren hacia adelante! Parece un relato de suspenso! Cuando llega el proximo capitulo? Sigan adelante! Lisa :TQM

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  6. habra que reclutar al negro e nuevo.......me dicen pa llevarmelo conmigo pa alla!!!!!!

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  7. yira yira...siempre pa delante que las cosas buenas no necesitan publicidad...gervasio

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  8. eso, eso, algo de escueto y seco!!!
    Rodrigo

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  9. hablás en pasado.. y ahora que está pasando? por donde andan?
    Lenzo

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  10. yyyyy??? como va esoo??? siguen en montañitas p darse cuenta q eso de las rachas no existeee o partieron a seguir adelanttee??? vamos chheee!!! arribbaa!!!! q desde aca les tiramos toodas las buenas vibrrass!!!

    besooosssss

    la porteñita!

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  11. no piiensen en conspiraciones la respuesta esta en el publico guayaco y los chetitos de san isidro,

    los saluda otro musico viajero , viajando en moto
    nos vemos en la ruta

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  12. Kaixo "pachanga"!! desde euskal herria se os escucha muy bien!! aunque ya me gustaría a mí poder veros en concierto!! tenéis que ser la ostiaaaa!!!! A ver cuando colgáis canciones nuevas!!! Muxux!!!

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